viernes, 26 de diciembre de 2008

Magic Johnson: Mi jugador favorito


Desde que me aficioné a la NBA, mi jugador favorito fue Magic Johnson. ¿ Por qué ? Bueno, yo empecé a seguir la liga en la temporada 1.987-88. Los Lakers eran los vigentes campeones y optaban a ganar el campeonato nuevamente, como efectivamente sucedió. Era fácil ser seguidor de los Lakers, y dentro del equipo, tener como favorito a su mejor jugador: Earvin "Magic" Johnson.

La verdad es que fue sorprendente para mi ver a un hombre de 2.06 m de altura jugar de base, cuando aquí en España los jugadores de esa medida solían ser pívots. Enseguida me enganché. Qué manera de dirigir el juego, qué inteligencia, qué maestría, elegancia. Qué soberbia más fantástica. Para mi, lo más admirable de Magic, lo que lo hizo único, fue su manera de entender este deporte. Nadie entendió el baloncesto como él. Verlo jugar, era ver "baloncesto". Era ver como un jugador dirigía un equipo. Tiraba cuando tenía que tirar, tomaba la responsabilidad cuando la tenía que tomar, jugaba para sus compañeros cuando debía, aceleraba el juego cuando interesaba, lo calmaba cuando había que calmarlo. Corría al contrataque como nadie. Desmoralizaba a cualquiera. Su carisma era reconocido por todos, compañeros, rivales, prensa, aficionados...

Lo ganó todo: Campeonato escolar, liga universitaria, cinco campeonatos NBA, unos Juegos Olímpicos, títulos individuales de MVP de la temporada, del All-Star Game... Y lo más importante, se ganó el cariño y la admiración del público.

Su deportividad y carisma le llevaron a ocupar uno de los tronos que hay en la historia de la NBA. Magic jugó en la mejor época (1.979-1.991). Disputó finales con los mejores: Julius Erving, Larry Bird, Isiah Thomas, Michael Jordan. Para la posteridad quedarán aquellas finales contra los Celtics. La rivalidad más típica y que tanto bien ha hecho a este deporte. Sin aquellos enfrentamientos Lakers-Celtics, Magic-Bird, el baloncesto se hubiera perdido unas demostraciones de rivalidad, historia, calidad, emoción, ansia de victoria y amor por el juego, que alguien se tendría que haber inventado, pero, afortunadamente sucedió. Magic Johnson existió y nos dejó a todos una carrera deportiva admirable, intachable, inmejorable. Un hombre entregado al deporte que ama. Generoso en su juego, nada egoísta, al contrario. Un hombre de equipo, que jugaba para ganar, para divertirse y para divertir a los demás.

Gracias Magic por tu legado. Nunca volverá a haber un jugador como tú. El 32 de los Lakers. El hombre que siempre tenía una sonrisa. Simplemente, Magic.

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